A solas estoy muy bien acompañado
Me gustaría que existiese
un verbo cuya acción denotara el convivir con la soledad. Algunos creen que
estar a solas es una ausencia de acción, una suerte de parálisis existencial. Y
no es así. La Soledad no es inacción ni ausencia, es un estado de vida, legítimo
y digno. Si hubiera ese verbo, yo, lo sabría conjugar muy bien.
Como en varias ocasiones
lo he descrito, a lo largo de mi vida me he columpiado en esa dicotomía de ser
alguien muy sociable y ermitaño a la vez. Disfruto mucho de ambos momentos. Nadie
podría imaginar al verme en medio de la gente, tan locuaz y desenvuelto que al
poco rato después vuelvo feliz a mis aposentos de silencio y actividades recoletas
como vuelve una ardilla a su bosque encantado. Yo elijo esta soledad porque se
acomoda a mi personalidad, a mis ritmos internos y ahora, a mis actividades.
Pero ¿qué pasa con esa
soledad que es involuntaria, que no se elige? ¿Es tan amable esa soledad que
llega cuando nos abandona una novia porque ya no nos quiere más a su lado? ¿Qué
pasa cuando aquella persona por la que damos todo, un día empieza a arreglar
sus maletas y decide marcharse?
Hace poco una amiga,
publicó en su facebook que los hombres eran unos perros malignos, que después
de todo lo que había hecho por su novio, ahora él la cambiaba por otra. Prometía
ella públicamente en su estatus, casi como una declaración universal que cambiaría,
que se convertiría en una mujer perversa también, fría, calculadora y egoísta.
Me sentí muy triste por
ella porque en el fondo, ella sufría al haberse quedado sola. Y para variar, saqué mis propias conclusiones. No quiero que a mí me pase
lo mismo. Si alguien que amo
No hay que temerle a esa
soledad que llega sorpresivamente. Hay que estar siempre completo a solas, no
creer en esa estúpida figura de la media naranja. A solas puedo gozar, crecer,
volar, compartir, dar, intercambiar, aprender, vivir, amar y seguir amando con
plenitud y dignidad. Me atrevo a decir que solo puede amar a otro quien también
ama su soledad. Solo quien sabe estar feliz a solas, sabrá hacer feliz a los
demás.