Tus hojas naranjas son mis hojas naranjas
Nunca había perdido a un
amigo, uno de verdad. Nunca la vida me había ido arrancado uno de mi vida. Sabía
de personas que llegaron casualmente y se fueron voluntariamente. Sabía lo que
es despedirse resignada y dolorosamente de una madre y extrañarla, pero su amor
ya se ha integrado en mis células para siempre.
Pero con Toñi viene
siendo diferente. Hace mes y medio que partió y parece que fue ayer. Además de
un cariño que ahora ya no se siente, me falta una interlocutora, alguien que
usaba su voz para revelarme razones y emociones pero aún más, usaba su sabiduría
y experiencia para recorrerme tierna e íntimamente por dentro. Ella enseñaba
sin saberlo ni quererlo. Una amiga como ella, redefinió mis conceptos del amor humano
que puede ser gratuito, incondicional, esmerado y entregado. Toñi fue muy feliz
comprometiéndose por sus amigos.
Escribir este libro
naranja justamente sobre la Amistad es parte de este mi proceso de homenaje, duelo
y sanación.